La otra crisis de desaparición: los y las adolescentes que escapan.

Jorge Ramírez


La crisis de desaparición como delito en México se mezcló con otra crisis que pudo haber estado ahí ya antes, pero que se ha agudizado en años recientes y ha tomado por sorpresa a las autoridades: la crisis de los y las adolescentes que escapan o huyen. No es una crisis menor, pues abarca una gran parte de las denuncias de personas desaparecidas,   responde a complejas causas y no será sencillo atenderla. Aquí unas notas:

1. Un problema de gran tamaño

Según los datos del RNPDNO, poco más de las 85 mil denuncias de las 271,478 que se contabilizan, se refieren a personas con edades entre los 12 y 17 años. Casi una de cada tres[i].

En el estudio dado a conocer hoy por el CEEED-UdeG, en Jalisco las personas con edades entre 10 y 19 años denunciadas como desaparecidas son 4,360, poco más del 18 por ciento del total de casos, incluidos los de personas localizadas y los de personas cuyo paradero sigue sin conocerse [ii].

En otros países la incidencia de la desaparición en adolescentes y jóvenes es todavía más alta. En Estados Unidos, de los 521,705 reportes registrados tan solo en 2021, 337,195 involucraban a personas entre los 0 a 17 años, esto es, el 64.63%[iii].

En España, en el mismo 2021, se registraron 22,285 denuncias, de las cuales el 63.97% corresponde a adolescentes entre los 13 y 17 años[iv].

2. Variedad de causas y que se refuerzan entre sí

Hay la tentación de clasificar muchas de estas ausencias como voluntarias, pero están lejos de serlas. Aunque no se identifique un tercero como causante de la desaparición ni la ausencia sea debida a un delito, parecen resultado de violencias subyacentes provenientes de su entorno familiar, social y comunitario.

Los datos del estudio realizado en Jalisco sobre personas adolescentes que fueron localizadas entre 2019 y 2021, un universo de más de 1,700 casos, revela numerosas y complejas problemáticas que pudieron causar que los adolescentes no se ausentaran, sino que prácticamente salieron huyendo.

La misma información que aporta el estudio sobre los municipios de expulsión de adolescentes que desaparecieron y fueron localizados después, revela dos cosas: 1) lugares con conocidas dinámicas criminógenas de desaparición y 2) lugares con alta incidencia de pobreza y baja calidad de vida, empezando por El Salto y Juanacatlán.




Es necesario mayor investigación. De ahí la importancia que se liberen los datos y estudios relativos a la desaparición de personas. En tanto eso sucede, si es que llega suceder, vale la pena observar:

1.

La crisis de desaparición de adolescentes que escapan es de grandes proporciones y se debe distinguir de la crisis de desaparición involuntaria asociada a la comisión de algún delito, aunque sea difícil hacerlo a falta de más datos e información. Confundirlas, creo, ha impedido generar una política pública específica.

2. 

Es necesario ir más allá de la cifra agregada y de nuestras teorías espontáneas para entenderla. Los y las adolescentes que están escapando lo están haciendo por una intersección de diversas marginaciones y violencias que se deben estudiar y diagnosticar con precisión. No caigamos en la falacia de verlas como resultado de crisis propias de edad, algo que le sucede a todos los y las adolescentes del mundo.

3.

Urge que el Gobierno de Jalisco: a) se tome en serio el problema y abandone su secretismo con la información y estudios en su poder; b) convoque a un grupo de especialistas a que diseñen y propongan una política pública al respecto; c) deje de conceptualizar estas ausencias como desapariciones voluntarias por así convenir a su discurso exculpatorio; y 4) revise su campaña mediática que hace recaer el problema en la familia por no cumplir, en su perspectiva, el rol mítico que su sentido común e ideología les sugiere que debe cumplir.



[i] Según cifras de la versión pública del RNPDNO consultadas el jueves 2 de febrero.

[iii] https://ojjdp.ojp.gov/programs/missing-and-exploited-children

[iv] Véase el informe Anual de Personas Desaparecidas en España, 2022.







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